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sábado, 7 de julio de 2018

DE LA IMPOTENCIA


LA IMPOTENCIA
(también la genital)


Bien podemos comprobar en las consultas que la impotencia se halla mucho más difundida de lo que se supone. Y es también frecuente que su tratamiento sea disputado por distintas disciplinas, desde la medicina, los abordajes psicológicos, hasta llegar a los tratamientos conductistas que propone la sexología.
Vías a través de las cuales se puede llegar a solucionar el problema funcional mecánico, por decirlo de alguna manera, pero que suelen dejar de lado la posibilidad de otras formas de satisfacción sexual, recordando una vez más que en el síntoma algo se satisface siempre aunque vaya en contra de lo que podría satisfacer al sujeto.
Es un trastorno que se presenta de manera inesperada y aqueja a hombres con gran motivación para realizar el coito. Se manifiesta generalmente en la falta de erección, es decir, sus genitales rehúsan el cumplimiento del acto sexual deseado.
Es interesante destacar que el síntoma puede acontecer siempre con las mismas personas y nunca con otras, lo que sumerge al sujeto aún más en la confusión.
El impotente siente que su actividad sexual es caprichosa y fácil de perturbar. No sucede lo que él espera y además, siente que en él actúa una poderosa voluntad contraria a sus tendencias sexuales.
Tiene una gran excitabilidad pero en el momento de consumar, sus genitales se retiran de la escena y ya no sabe qué entregar, pues se han convertido en los de un niño.
Le atrae intensamente lo que no puede y fracasa en cada intento.
La impotencia puede ser un síntoma en sí y también síntoma de otros conflictos.
Puede suceder que en cualquier situación vital problemática, sorprendente o muy intensa, aparezca la impotencia o, en otros casos, la eyaculación precoz.
El padecimiento en estos hombres suele presentarse esparcido en diversos ámbitos de su vida: se sienten impotentes educando a sus hijos, incapaces en su trabajo o con grandes dificultades para ganar dinero.
Es habitual en ellos un discurso repetitivo con la queja como tema principal, a veces dirigida sobre el mismo síntoma y, otras veces, puesta de manifiesto en situaciones como las mencionadas anteriormente.
Con esto queremos decir que la falta de potencia para amar o para trabajar también es impotencia aunque haya erección.
Dicho de otra manera, lo genital no es toda la sexualidad del sujeto humano.

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